Un gato de rejilla
No sé en donde nací;
madre no tengo,
ni tampoco porvenir;
sólo sé que de aquí
debo pronto salir.
¡Miau, miau!
Ayúdeme, perro,
que usted es cortés,
roa las jaulas en un
santiamén…
¡Juro le pago en un dos por tres!
¡Miau, miau!
Grito y grito,
de adorno no estoy.
Ayuda les exijo,
sólo abran y me voy.
Una red de plásticos
me retiene harto;
metido en el vientre
de lo que parece es un auto.
¡Miau, miau!
Señora, salga a ver
la desgracia mía:
Hambre, frío
y verdadera agonía.
Así, maullé y maullé
hasta que a alguien alarmé.
Blanch le llaman,
a quien, ahora, mi vida aclama.
Sobreviví al calvario.
Vivo y como feliz
gracias a Manuel,
que trae el salario.
Juli besos me deja
y me siento levitar.
Con Mateo sí tengo queja,
ya me lo quiero madrear.
Más feliz no puedo ser,
vivo contento como ciempiés.
A Álvaro le agradezco,
por el poema que no merezco.
Es mi familia.
A todos quiero con ánimo;
con orgullo hoy maúllo:
me llamo Máximo.